Tamara y Verónica visitaron #ElEndémicoEmbusteroYElIncautoPertinaz y relataron su experiencia jugando al Ultimate Frisbee femenino, un deporte poco conocido en nuestro país pero que tiene algunos elementos que lo pueden hacer atractivo. Por lo pronto, es sencillo: explican las jugadoras que con 8 conos podés armar un terreno de juego en cualquier plaza. Con el perímetro imaginario demarcando las zonas de anotación y el disco de plástico entre manos, solo resta armar dos equipos y comenzar a pasárselo, intentando llegar hasta el lado opuesto de la cancha.
“Yo siempre había hecho deportes, pero el Ultimate me llamó mucho la atención. Lo conocí en Venezuela, allí hay una comunidad más grande que lo practica. Me gusta que es un deporte por equipos, porque eso implica que se debe cooperar para llegar a la instancia de gol y poder marcar. Pero, lo más lindo es el espíritu de juego que tiene: el Ultimate es autorregulado; no hay un árbitro sino que somos nosotras mismas, en la cancha, las que dirimimos las situaciones de conflicto que pueden existir”. Verónica Saavedra tiene 38 y hace 15 que practica el Frisbee. Cuando era más joven lo hacía en tierras caribeñas, pero hace un tiempo que se instaló en Buenos Aires para ayudar a hacer crecer la comunidad que tiene la ciudad.
Tamara Wackernagel jugó durante mucho tiempo la modalidad mixta de Ultimate, pero ahora solo se desempeña en equipos de feminismos y disidencias. Ella agrega: “el espíritu de juego es tan importante como la competición misma. El reglamento de Ultimate Frisbee no contempla tarjetas ni sanciones. Si hay una situación del juego que se debe resolver, las personas involucradas lo dirimen en el momento, y eso debe saldarse lo más rápido posible. Salimos a la cancha a competir con honestidad y entendiendo que podemos confiar en la palabra de la otra persona: eso es lo más importante de todo”.
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