Sugar Ray Robinson denominado como el mejor peso medio de la historia, la leyenda cuenta que el boxeador tuvo una pesadilla, tras la cual despertó súbitamente. Al rememorar lo que había pasado, recordó que en el sueño mataba en el encordado a Jimmy Doyle.
En junio de 1947, estaba previsto que Robinson defendiera su título contra el retador Jimmy Doyle. Sin embargo, el día de la pelea el campeón se echó atrás debido a un extraño sueño. “Me acababa de ir a dormir y me desperté sudando frío. En mis sueños noqueé a Doyle y lo vi morir. Estaba aterrorizado”, dijo Robinson.
“A la mañana siguiente les dije a todos que tenía una premonición que iba a pasar algo terrible. Se lo dije a la prensa, al público y a los funcionarios del boxeo”. Un sacerdote y un ministro intentaron convencer al campeón de que no era más que una mala pesadilla y, finalmente, lo convencieron de cumplir su compromiso y luchar contra Doyle.
Sugar Ray Robinson se culpó a sí mismo
La pelea se llevó a cabo según lo planeado el 24 de junio, y el hábil y superior Sugar Ray Robinson dominó la pelea desde el principio. En el octavo asalto finalmente anotó el golpe de gracia decisivo, un nocaut del que su oponente de 22 años nunca se recuperó.
Doyle inconsciente fue llevado a un hospital, pero no pudieron salvarle la vida y fue declarado muerto la tarde siguiente. Por el resto de su vida, Sugar Ray estuvo atormentado por ese octavo asalto y la realidad de su sueño.
Después de escuchar que Doyle tenía la intención de comprarle una casa a su madre con el dinero del premio, el campeón le dio el dinero de sus siguientes peleas para que pudiera comprarse una nueva casa.
Y aunque Robinson se culparía a sí mismo por los años venideros, más tarde se reveló que Doyle había sufrido tanto daño en sus peleas anteriores que su Comisión natal de California se negó a sancionar más sus peleas.
