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Alice Guy, la mujer que realizo la primera película de la historia

La pionera del cine, que habló antes que nadie de transexualidad y feminismo


Alice Guy ha aparecido mencionada en muchas publicaciones sobre historia del cine como una simple secretaria de Léon Gaumont, otro de los (hombres) pioneros del séptimo arte. Poco a poco se ha ido recuperando y reivindicando su figura hasta colocarla en el lugar que se merece, el de alguien cuya importancia es tan vital como la de Méliès y que incluso podría competir con él por el título de primer creador de una ficción fílmica. En los últimos años ha habido varios libros y documentales sobre Guy. Ahora, el ensayo Alice Guy, en el centro del vacío hay otra fiesta, del escritor Juan Laborda, intenta bucear en el contenido de su trabajo para mostrar lo revolucionaria y moderna que fue al tratar temas como lo trans, el feminismo o incluir a personas racializadas en sus trabajos.

Nació en Paris en 1873 y durante su infancia vivió algunos años en Chile porque su padre era dueño de una cadena de librerías en Santiago y Valparaíso. Estudió secretariado y trabajó  en la Compañía General de Fotografía de Max Richard que luego adquirió Leon Gaumont junto a otros socios ilustres para crear la Compañía Gaumont. Con la cámara Demeny-Gaumont, Alice combinó imágenes en movimiento con arte teatral y dio luz a su primera película, que sería también la primera película de la historia del cine: El hada de los repollos (La Fée aux Choux, 1896).  En esta etapa investigativa y experimental Guy creó sus primeros trucos, utilizando cachés, la superposición y la proyección de la banda hacia abajo. Los hermanos Lumiere habían inventado la manera de dar movimiento a las imágenes pero fue Alice la que instaló un lenguaje cinematográfico que tenía que ver con la narración. En 1906 filmó La Vida de Cristo una película de gran presupuesto, con grabaciones de exteriores y unos 300 actores extras.

En 1907 se casó con Herbert Blaché, un camarógrafo y director que se transformaría en su socio y coproductor. Juntos recorrieron Estados Unidos y abrieron una sucursal de Gaumont en Nueva York. En 1910 Alice fundó su compañía de producción cinematográfica, Solax Company donde filmó películas de diversos géneros como western, drama y espionaje, y que protagonizaron varios actores que eran las estrellas del cine mudo del momento. Sus películas alcanzaron gran éxito comercial, tanto así que generó el dinero suficiente para crear su propio estudio en Fort Lee, Nueva Jersey, que se convirtió en una locación  importante en la historia del cine. En 1917 se divorció y al tiempo volvió a Francia con más de seiscientas películas realizadas. Más tarde se radicó en Estados Unidos donde la industria del cine estaba mucho más pujante que en el viejo continente asolado por las guerras.

En 1913 escribió Woman’s Place in Photoplay Production donde denunció la exclusión que estaban teniendo las mujeres en el mundo del cine y la conversión del cine en un negocio cada vez más rentable. Guy siempre consideró que el cine era el arte de contar historias (a diferencia de los hermanos Lumiere que en principio no vieron este potencial).

En 1953 fue galardonada con la Legión de Honor por el gobierno francés. Cuatro años más tarde la Cinemateca Francesa le rindió un homenaje, pero más tarde la historiografía borró sus rastros que fueron recuperados hace unos diez años.

¿Cómo se explica que Alice Guy no haya pasado a la historia como se lo merece? Según postula la autora Alison McMagan en “Alice Guy Blaché, una visionaria perdida del cine (2008)” en esa época los historiadores la excluyeron y decidieron otorgarle a Georges Meliés el título de “primer director”, haciendo caso omiso al hecho que la directora fue en realidad la primera realizadora cinematográfica.



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