Argentina-Brasil. Brasil-Argentina. A pesar de las diferencias geográficas, los idiomas distintos y las rivalidades futbolísticas inmortalizadas en los pegadizos pero desagradables cantitos de cancha, ambos países latinoamericanos se dan la mano y ofrecen el hombro frente a dos injusticias aún sin respuestas: Marielle Franco era, en sus palabras, una mujer, feminista, negra e hija de la favela, haciendo alusión a Maré, la favela que la vio nacer. Incansable luchadora por los derechos de las personas afrodescendientes, la comunidad LGBT+ y las personas marginadas que viven en aquellos lugares que Brasil no te muestra en los folletos turísticos, Marielle fue sorprendida por una balacera a su auto el 14 de marzo de 2018, luego de haber denunciado a la policía militar por abusos de autoridad cometidos en la favela de Acarí, hecho que le costó su vida y la de Anderson Gómes, su chofer.
Santiago Maldonado era un joven argentino, artista, artesano, anarquista, revolucionario, amigo de las causas nobles, lo que lo llevó a estar en la protesta realizada por la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen, en reclamo por la propiedad de las tierras en la Patagonia argentina. El primero de agosto de 2017, Santiago desapareció tras la represión de la Gendarmería Nacional en Chubut. Luego de 78 días sin nada más que desconsuelo y una esperanza que parecía irse a cuenta gotas, el 17 de octubre fue hallado su cuerpo sin vida.
El 27 de julio de 2018 Marielle hubiera cumplido 39 años.
El 1 de agosto de 2018 se cumplió un año de la desaparición forzada de Santiago.
Las calles de Porto Alegre fueron las elegidas para la movilización que inauguró la Cumbre de Base, un encuentro internacional de organizaciones populares, villeras y faveleras que organizó el colectivo La Garganta Poderosa en el día del cumpleaños de la compañera brasileña. A la cabeza de la marcha, Brasil y Argentina se fundieron en un abrazo cuando Mónica Benicio, la compañera de Marielle, y Sergio Maldonado, el hermano de Santiago, levantaron la fotografía del ser querido del otrx, reflejando la hermandad que nos une como latinoamericanxs que somos, más aún cuando ocurren atrocidades como estas.
Unos días más tarde, la Plaza de Mayo se llenó de canciones y rostros llorosos en el aniversario de la presencia arrebatada de Santiago. En el acto de conmemoración, Sergio agradeció a Mónica por su apoyo en la causa, y recordó como una caricia al alma las palabras que le dedicó mediante una carta, luego de la jornada compartida en Brasil.
“Cuando nos enlazamos por una misma causa, mostrando que no hay fronteras que limiten el dolor y sobre todo impidan nuestros sueños, nos levantamos ante la opresión de sistemas desiguales”, escribió Mónica a Sergio, al pueblo argentino y a todo el pueblo latinoamericano, recordando que Marielle y Santiago, a pesar de sus historias diferentes, son parte de una misma batalla.
Porque las consignas “Marielle vive” y “Santiago es solidaridad” no solo quedan en sus países de origen. Porque son el grito de una América Latina inconformista, que se niega a vivir encadenada. Porque los rostros de Marielle y Santiago no solo viven para siempre en la piel de quienes más lxs amaron. Porque hoy se los ve replicados en paredes, estampados en remeras, pintados en banderas que acompañan cada lucha.
Por eso exigimos justicia por Marielle y Anderson, justicia por Santiago, y que el Nunca Más se haga eco en toda América para hacerse realidad en el mundo entero.
