Estas líneas pretenden acompañar el duro proceso que significa aceptar la pérdida de un compañero de militancia pero sobre todas las cosas de un gran valor como persona. La partida de Gonzalo Beigbeder a manos de distintas piedras en el camino de su salud de repente y con todos los cuidados, se encontraron con el Covid. Este virus que llegó desde muy lejos para alejarnos cada vez más de los abrazos y encuentros que tanto nos hacen falta. Gonza, dejará un gran vacío entre lxs que lo conocimos sin siquiera bucear entre lo más íntimo. No hacía falta, lo veías llegar a dos cuadras y sabias la calidez de ser humano que podías encontrar.
Gonzalo, comunicador, compañero y militante por los Derechos Humanos, fue una pieza clave para el impulso de nuestra emisora. Nos encontrabamos embarcados en un proyecto social y comunitario que las políticas neoliberales del reciente gobierno asumido en diciembre de 2015, hicieron que florezcan miles de proyectos de distinta índole. El nuestro fue el caso de un grupo de comunicadorxs populares que se propusieron armar un canal de difusión para preservar la pluralidad de voces que ya se veía amenazada con el decretazo a la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual. Entonces armamos la radio online, invertimos lo que había que invertir y nos instalamos donde pudimos. Pero nos faltaba algo. Un estudio de radio. Una casa. Una identidad. Y un dato.
Ese dato, fue el que nos vino a traer Gonza al primer búnker de Radio Con Aguante, allá por Callao al 800. "Conozco gente compañera que con una cooperativa gestiona un lugar enorme en Flores", dijo. Cómo no confiar en el lugareño de la Comuna 7 que conocía y era conocido por muchísima gente. Bastaron sólo 40 minutos de reunión, un par de mates, y varias anécdotas para que ese sujeto nos dé el empujón que estábamos necesitando. Más que empujón, fue una mano que agarra fuerte a la otra para no dejarla caer. Tal como se graficó en la insignia de aquel fenómeno virtual que se llamó "Resistiendo Con Aguante" y que gracias a personas como Gonzalo, se convirtió en un movimiento territorial de ayuda, compromiso y militancia para defender la democracia y los derechos adquiridos por el gobierno nacional y popular de Néstor y Cristina.
"Allí tienen lugar y no se preocupen que yo lo gestiono". Y con su impronta y buena predisposición, cumplió. "A partir de acá, ahora siguen uds". Y así lo hicimos. Desde el barrio de Flores. Donde el Ángel de la Medianoche pulula entre los cantares y leyendas.
Dicen que cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía. En este caso, la limosna era grande porque Gonza es un grande. Y lo decimos en tiempo presente, porque todavía no se fue. Todavía está acá, porque tiene mucho qué hacer. En nuestras cabezas, en nuestras razones y sobre todo en nuestras calles. Aquellas que hoy significan "peligro", pero que sabemos que pronto, muy pronto las vamos a volver a recuperar. Porque cuando cantabamos "vamos a volver" en las marchas, la voz de Gonza resonaba como una onda expansiva de fuerza y esperanza. Cuando nos volvamos a encontrar, él estará en la primera línea como lo estuvo siempre, saludando a tantos otrxs y sosteniendo alguna bandera.
Decía Gonza en una de sus últimas publicaciones: "Si con todos los cuidados que tomamos desde antes incluso del COVID, me lo pegué, quiere decir que el virus está ahí, anónimo, agazapado, tramposo, esperando una señal imperceptible para colarse. No hay posibilidades de relajarse. Y mucho menos prestarle la más mínima atención a esa manga de soretes que vienen tirando en contra de cualquier cuidado desde que empezó esto, atentando contra la vida de todos. Los que nos criamos a choripan de plaza y de cancha solemos tener un aguante especial para no darles el gusto."
Lamentamos la pérdida, acompañamos a su familia y esperamos Gonza, que estas palabras te lleguen donde quiera que estés. Seguramente, ese lugar, con tu presencia, ya sea uno mejor.
Hasta la Victoria, Siempre!
Equipo de Radio Con Aguante
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