Es docente de Historia, se ha desempeñado largamente en asuntos de geopolítica y de defensa nacional, y como si fuera poco es especialista en recursos naturales estratégicos. Palabra autorizada para opinar sobre la guerra desatada en Ucrania y sobre la crisis climática que azota al planeta, Elsa Bruzzone estuvo en #AVosPatria y dejó conceptos claves. En ambos casos, el problema es la acción del ser humano. En ambos casos, el problema es que el dinero vale más que la vida. “Para que la paz sea posible, -dirá ella- el mundo debe renunciar a las carreras armamentísticas”.
“La tala de bosques, los basureros a cielo abierto, residuos que se acumulan, falta de cloaca en las ciudades, cultivos con pesticidas. Todo forma parte del paradigma capitalista. El mundo está inmerso en una crisis climática y esto se explica por los métodos de producción del ser humano, su consumo insostenible y el concepto capitalista de que todo es mercancía. Nada va a cambiar hasta que el dinero no desocupe el centro, y en su lugar vuelva a colocarse la vida”. Expresa Bruzzone que otras civilizaciones han maltratado al planeta antes que la nuestra, pero remarca que la diferencia es de índole moral, dado que la tecnología actual permite conocer detalladamente el daño que se está haciendo y las consecuencias que eso conlleva, y así y todo se elige seguir adelante con las mismas prácticas destructivas.
La cultura de la muerte es lo que provoca los desórdenes de la naturaleza, y esa misma cultura guiada por la ambición desmedida de los grupos de poder es la que origina y perpetúa los conflictos bélicos, como el que en estos días sacude al este europeo. “Miles y miles de millones de dólares se destinan año tras año en las armas de destrucción masiva, nucleares y biológicas. Esa es la lógica que marca el pulso del mundo”. Dice la profesora que las fuerzas de la OTAN no podrán detener a Rusia, por diversos factores, pero esencialmente dos: porque es autosuficiente en virtud de los recursos naturales que tiene en su territorio, y porque goza de buena salud su alianza con China, la otra superpotencia oriental. “Y de esa alianza no solo forman parte los dos gigantes -concluye Elsa-, sino también otros países de la región como Irán y Pakistán. Difícilmente Occidente pueda derribarla”.
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