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UN PAÍS EN SERIO



No está definido qué significa “País en serio”. Para algunos son cuestiones de forma y para otros de contenido.

En países que considero "en serio", los artistas callejeros forman parte del folclore, son atracciones turísticas y son siempre bien vistos. Hay arte callejero En Francia, el Suiza, Canadá o si queres en el mismísimo Estados Unidos. Y es más, en Suiza los artistas callejeros reciben estímulos económicos por parte del estado. De La Guarda no habría existido si Canadá o Francia no hubiesen permitido el arte callejero.

En los países en serio se preserva el contenido, las formas terminan llegando solas. Los amantes de las formas insisten en cómo se comporta el tránsito y en los papelitos que se tiran al piso. Insisten en que en tal o cual país pones un pie en la calle y el transito se detiene. Los amantes de las formas nunca piensan que esto nace de una cuestión de cultural, es decir de contenido. No piensan jamás en que en esos países también los peatones saben que no deben poner un pie en la calle en el momento que se les antoje. Son sociedades en donde la cultura fue generando el respeto mutuo. Pero los amantes de las formas insisten en que hay que matarlos a todos, sin en ningún momento detenerse a pensar de que suelen ser partícipes de lo mismo que condenan.

En los países que apuntan al contenido, a un funcionario con cuentas offshore o corrupción alguna comprobada, se los echa indefectiblemente. Los amantes de la forma respetan ante todo la investidura y deberán a esos funcionarios investigarlos fuera de mandato. A quienes aman en contenido les preocupan delitos como las violaciones, los amantes de las formas preguntan sobre cómo estaba vestida la víctima.

A la forma le preocupa como quedo de sucia la calle después de la manifestación, la forma se interesa en la manifestación y su motivo. A la forma le importa la estética, jamás se enamoraría de una persona que no se acicale lo suficiente. A la forma le preocupa más juzgar el sexo ajeno que obtener sexo para su propia satisfacción.

La forma le pone precio a las vidas. Los escucho confirmar horrorizados que mataron a un fiscal de la Nación. El hippie era tan sólo un artesano.

Me molesta que la gente muerda el tenedor, sorba la sopa o haga ruido al masticar y me revienta escuchar a una persona masticando sanguches con papas fritas, pero no me olvido que lo importante es comer. No dejaría de compartir mi comida con quien tenga malos modales. Para la forma, el hambre es un castigo necesario por no comer como ella desea.

En un país en serio la gente no muere de frío, ni sufre desnutrición. Pero a la forma le preocupa que afean las veredas. Tan así es que a las personas en situación de calle les prenden fuego los colchones. El contenido insiste en que la gente debe tener vivienda digna, pero la forma acusa que hacen leña con el parquet.


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