La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, ratificó su intención de iniciar las clases presenciales a mediados de febrero de 2021 y volvió a decir que los docentes “no (tienen) que decirle a los chicos y chicas qué tienen que pensar”. Apuntó contra “un pequeño grupo que entiende la escuela como un lugar de militancia” y advirtió que el gobierno porteño va a “trabajara para que esto no sea así”.
Durante una conferencia en la que explicó cómo será el retorno a clases y volvió a fustigar lo que ella llamó la “militancia” de maestras y maestros. Respecto de los docentes y de lo que ella misma reconoció como “el malestar” que generaron sus declaraciones, se expresó de la misma manera: con conceptos similares a los que vertió en su carta pública y sin arrepentimientos.
“Estoy convencida que la enorme mayoría de los docentes entendemos la escuela como un lugar donde tenemos que enseñar a pensar y no decirle a los chicos y chicas qué tienen que pensar”, disparó. “También sabemos –agregó- que hay un grupo que no es mayoritario que entiende al espacio como un lugar de militancia y vamos a trabajar para que esto no sea así, para que el aula sea un lugar diverso y de pluralidad".
Con respecto a este tema en #GeneraciónLíquida charlamos con Silvina Chauvin Licenciada en Ciencias Biológicas y Profesora de Lengua y Literatura, sobre los dichos repudiables de Acuña y cómo afectó la enseñanza en los profesorados en contexto de pandemia. Docentes pobres, viejos y fracasados son expresiones que no se condicen con la realidad de les docentes en CABA ni en la Argentina y que Silvina desde su experiencia y formación, nos aproxima a una realidad que lejos está de la mirada de la ministra y que, por el contrario, retoma una mirada decimonónica de la educación. También, hablamos sobre la ausencia del Estado y la falta apoyo para que les docentes y estudiantes pudieran sostener la educación a distancia en la ciudad más rica del país.
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