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Paco Olveira: "La solución no es votar a los lobos para que cuiden de nuestro rebaño"

En el Barrio Libertad, fondeando el Partido de Merlo en la zona oeste del Gran Buenos Aires, el Padre "Paco" Olveira hace su tarea cotidiana al frente de la Capilla Beato Enrique Angelelli y Compañeros Mártires. Su nombre había empezado a resonar en ciertos ámbitos de la sociedad desde sus tiempos de trabajo en la Isla Maciel, y de a poco este hombre nacido en España fue posicionándose como una voz autorizada para charlar de las problemáticas sociales que azotan a nuestro país.


Días atrás atendió gentilmente la llamada de #Desmalezando, y allí se pronunció sobre los resultados de las últimas elecciones y sobre las dificultades que conlleva el trabajo de la Iglesia en las barriadas del conurbano profundo.



El Padre Paco percibe con cierta preocupación cómo emerge una cultura subterránea, alejada del mundo de la política, y cómo el valor del apoliticismo va ganando paulatinamente la voluntad de un sector juvenil. Habla de Milei, como una de las expresiones electorales que han traccionado ese sentir de un segmento de la sociedad, y afirma que son opciones políticas que atraen a un público de clase media o media alta. Hay muchos datos de la realidad, no obstante, que tensionan esta mirada del religioso, y esto también es algo que debe decirse.


Olveira ha expresado que el Estado llegó a la gente, pero no de una forma que fuera suficiente, y que él hubiera esperado un gobierno más firme, “sobre todo con los dueños del poder real”. No oculta las contradicciones que le produce lo que ocurrió en las urnas durante las PASO, porque primero dice que fue un resultado injusto para el gobierno del Frente de Todos, pero en otro tramo de la entrevista remarca que sus vecinos del Barrio Libertad, cada vez que van al kiosco o al mercadito, ven cómo los precios se les disparan, “y así es muy difícil que se puedan estabilizar”.


Paco se la juega y dice que ojalá hubiera un salario básico universal, pero inmediatamente aclara que no sabe si esto es posible, dado el peso de la deuda externa y el país que nos dejó el gobierno de Mauricio Macri. En esa sintonía, opina que la solución para salir del pozo donde estamos no es votar a los lobos para que cuiden de nuestro rebaño de ovejas, con recetas que ya hemos visto fracasar.


Consultado sobre el vínculo de la Iglesia con esos jóvenes que él percibe despolitizados -y cuyo lenguaje no está pudiendo comprender-, Paco responde que trabajar con niños, niñas y preadolescentes es lo más natural, en ámbitos de contención como el que él preside. La cosa parece que se complejiza cuando los chicos crecen y se insertan en ese mundo juvenil, cuyas lógicas exceden a las viejas instituciones, por más buenas intenciones que puedan representar.


Escuchá la nota completa acá:


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