Ariel Umpierrez, economista formado en la Sorbona y Harvard, nos invita en #PeronismoSinGradualismo a una lectura cruda y sin adornos de los intrincados lazos entre el poder económico y la política internacional. Con una experiencia que abarca multinacionales y diplomacia, Umpierrez analiza a figuras como Donald Trump y Javier Milei, abordando temas que van desde las élites financieras en Estados Unidos hasta las influencias extranjeras en la política argentina.
En primer lugar, Umpierrez no escatima palabras al referirse a Donald Trump, a quien considera “una figura inusual en la política estadounidense”. Y no solo lo dice por su estilo controversial, sino también por el impacto de un intento de atentado en su contra. “Ese hecho no lo debilitó; al contrario, lo hizo parecer invencible”, sostiene Umpierrez. Según él, este incidente fue clave para que Trump recuperara fuerza en la escena pública, lo cual mantiene en vilo a las élites estadounidenses. “Hay un verdadero pánico en el establishment, temen que revele casos de corrupción y delitos graves en las altas esferas, como los relacionados con la red de Jeffrey Epstein”, añade.
A su juicio, la corrupción en el sistema político y financiero de EE.UU. es estructural, involucrando tanto a demócratas como a republicanos, y es evidente su crítica hacia el control ejercido por la élite financiera. Umpierrez compara la situación actual en EE.UU. con la decadencia del Imperio Romano: “La corrupción y los excesos llegaron a niveles insostenibles”, afirma con tono serio, como anticipando una posible crisis a gran escala en el país del norte.
Pero Umpierrez también se toma un momento para analizar el impacto que un eventual regreso de Trump podría tener en la política exterior. Señala que, si bien el exmandatario ha sido crítico del intervencionismo militar, “no sería extraño verlo adoptar un enfoque duro en su próxima gestión”. Sin embargo, aclara que Trump no sigue la misma línea militarista de otros líderes estadounidenses, lo que lo hace un factor impredecible en el tablero geopolítico.
La conversación gira inevitablemente hacia Argentina, un tema que Umpierrez conoce bien y sobre el cual no es menos categórico. Al referirse a la economía local, asegura que hay “un cambio de poder hacia grupos específicos que manipulan la economía en detrimento de la población”. Con un aire de preocupación, lamenta el creciente poder de ciertos sectores económicos, señalando que esto afecta la vida cotidiana de los argentinos. Además, menciona la relación entre Javier Milei y Donald Trump, sugiriendo que esta alianza podría “fortalecer la alineación de Argentina con la política estadounidense”, aunque advierte que Milei es percibido en el exterior como un personaje excéntrico y en ocasiones difícil de prever.
Para Umpierrez, tanto Estados Unidos como Argentina enfrentan momentos críticos. Con la mirada puesta en los próximos años, nos recuerda que “las redes de poder, tanto internas como internacionales, serán clave para lo que viene”. Su análisis, aunque duro, encierra una advertencia y una oportunidad: en esta encrucijada histórica, ambos países tienen el desafío de redirigir el rumbo frente a los desafíos que plantea el poder y la política en el mundo actual.
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