Hacía dos semanas que Santiago Maldonado estaba desaparecido y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, respondía por ese crimen en el Senado. Cuando le preguntaron por el rol en la represión a la Pu Lof de Cushamen del comandante Fabián Méndez, jefe del Escuadrón 35 de El Bolsón, la funcionaria respondió: "No voy a cometer la injusticia de tirar un gendarme por la ventana para sacarme responsabilidades, me la banco yo". Ayer, los verdeoliva le devolvieron la gentileza obsequiándole un sable con esas palabras grabadas.
En aquel informe público que tuvo que dar el 16 de agosto de 2017 ante la comisión de Seguridad y Narcotráfico por la desaparición forzada de Maldonado, la ministra había centrado su exposición en continuar estigmatizando y criminalizando la lucha mapuche, y en defender el accionar de la Gendarmería Nacional, del ministerio de Seguridad y del juez federal de Esquel Guido Otranto, primer magistrado a cargo del caso.
Además de insistir en aquellas pistas falsas con que el gobierno intentó desviar la atención durante los primeros días con el objetivo de encubrir la responsabilidad de Gendarmería en el operativo represivo en la Pu Lof de Cushamen, el 1 de agosto cuando cuatro escuadrones ingresaron al predio con balas, piedras y vehículos al grito de "muerte al indio", Bullrich reveló sin ambages el nombre de un testigo clave que había solicitado protección ante el juzgado. "Todos los días buscamos personas. En este momento tenemos 5 mil personas desaparecidas", dijo la funcionaria, como si la desaparición de Santiago fuera una búsqueda de persona perdida.
Mientras la investigación por la desaparición seguida de muerte del tatuador anarquista sigue sin un sólo imputado, sin juez y sin precisiones sobre lo que le pasó al Brujo, como lo llamaban los mapuche, ayer las autoridades de Gendarmería realizaron un acto durante el cual entregaron a Bullrich un sable en el que grabaron la frase que en aquel momento fue una provocación para la familia y los organismos de derechos humanos, que señalaban a esa fuerza como responsable de crimen y del encubrimiento.
La propia ministra subió el video a su cuenta de Instagram, donde se aprecia que los gendarmes le hacen leer la frase, poco antes de fundirse en un abrazo con las autoridades de Gendamería.
Este episodio se inscribe en una serie de hostigamientos del gobierno macrista hacia las víctimas, la familia Maldonado, y hacia quienes se involucraron con el esclarecimiento de la desaparición seguida de muerte del joven que había acudido a esa comunidad mapuche, que recuperó territorio a manos del empresario Benetton, para reclamar contra el encarcelamiento de su referente, el lonko Facundo Jones Huala. Los Maldonado fueron objeto de seguimientos mientras buscaban desesperadamente a Santiago, padecieron escuchas ilegales e inclusive campañas de trolls contra la marca de té que producen.
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