Por Silvana Melo
(APe).- Ni el Presidente quedó ante el micrófono en ese desierto de esperanzas. Sólo quedó ella, la imagen del Prestamista Universal, del Usurero Global, pegadita a su empleado de ocasión, el hombre que ayer estaba afuera y hoy es el factótum de la economía argentina. El hombre que se atreve a juntar una v con una n y es Dujovne. Ni el Presidente en los anuncios. Es que el poder, ya sin cáscaras ni telas de cebolla ni trajes de disfraz, se sienta definitivamente en las oficinas donde se administra el dinero del mundo. Donde se disciplina y se flagela por la espalda a los temerarios.
Traumatizada quién sabe hasta qué capítulo de su historia futura, la patria (ese espacio caprichoso y enfronterado que se asignó aleatoriamente a la Argentina) ha sido sometida y vejada por los y las patriarcas del mundo. El terrorismo económico la ató a las parrillas concentracionarias. Unos años después, fue vendida a las relaciones carnales de la trata. Hoy, en los tiempos del me too y del niunamenos, la violación descafeinada se calza una túnica de amor sojuzgante. Si te castiga no te ama, dicen las gigantografías. El hombre aprieta a la mujer en un abrazo que se parece a la muerte. Mientras el Presidente baila tango sobre la cubierta de este Titanic. En realidad, de lo que queda de este catamarán sobre un Riachuelo.
El habla de amor, habla de amarnos los unos a los otros pero los otros aman más fuerte que los unos y Cristine, de quien hay que enamorarse según el mandato stand by, aprieta los huesos de la patria abusada con un abrazo de muerte y castiga y entonces no ama. Será un amor stand by que se pagará con sangre desde 2021 cuando el Presidente que baila ya no esté pero todos se quiebren la espalda del peso que habrá que llevar hasta que el default apague todas las velas y otra vez el abismo.
Mientras tanto ella, apenas un símbolo de un poder internacional que regula el hambre de los pueblos y concentra la riqueza en la mínima cúpula de los que deciden el mundo, asume formalmente la presidencia de la Patria Abusada. Antes cesanteó al presidente del independiente Banco Central y eligió a otro, menos independiente (nada), que obedecerá plenamente sus consignas. Y que dejará la mitad de su patrimonio en los Estados Unidos porque, el presidente del Banco Central, no confía en el futuro de la Patria. Abusada.
El monto total son US$ 57.100 millones. El Presidente Honorífico exhibe una cocarda: es el que más dólares recibió del FMI en la historia. La Patria también: es la que más dólares recibió en el mundo. Más que Grecia.
Todo para que el déficit sea cero. Es decir: para que se gaste lo mismo que ingrese. Salvo cuando haya que pagar la deuda, que es externa y es eterna, y entonces el déficit ya no será cero pero será otro déficit.
Para que se gaste lo mismo que ingrese, hay que recortar lo superfluo. Por ejemplo, grandes retazos de gente que se cae de los confines porque ya no tiene razón de ser en las previsiones sistémicas: niños, viejos, pobrerío duro y, con el grado de exquisitez que pide Cristine (a quien hay que amar), los que están en la cornisa de este abismo. Para que se gaste lo mismo que ingrese, tiene que ingresar de los mismos placares en que se gasta. La retención de cuatro pesos por dólar es una escena pour la gallerie, que se diluirá con el dólar a 44. Aunque por las dudas el destituido Ministerio de Agroindustria filtró la medida para que los superproductores anotaran antes 8,5 millones de toneladas y se salvaran de perder unos 140 millones de dólares.
Desde 2015 se duplicó lo que cada habitante de la Patria Abusada debería pagar por una deuda que abona diaria y compulsivamente por el solo hecho de levantarse y respirar. Son 6.903 dólares por cada cabeza argentina. Este año habrá que pagar, entre todos, 90.000 millones. De dólares.
Entre todos.
Mientras se sacan cuentas ingenuas de cuántas jubilaciones, cuántos hospitales, cuántas escuelas, cuánto entraría en 90.000 millones. De dólares.
Que no son para eso. Porque la patria, vejada, abusada, capituló. Le ordenaron enamorarse y tendrá que ceder. Después de años, de décadas, de morder el polvo.
De tanta claudicación, de tanto amor destinado a los lobos.
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