Por Daniel Mojica
A veces los tiempos históricos ofrecen oportunidades y los dirigentes políticos tienen la responsabilidad de interpretarlos para conducir a sus pueblos por senderos de libertad y de desarrollo.
Desde que sectores emparentados con las guerras de baja intensidad, el Lawfare y las fakenews decidieron “liberar” el Covid-19 para equilibrar de alguna manera o distraer al mundo de la hecatombe económica encapsulada desde 2008 (Lehman Brothers) los pueblos del planeta están a la merced de archi billonarios y sus juegos de poder.
Parece que esta vez se les fue la mano a los detentadores del “Estado Profundo” y la jugada que iniciaron con un final imaginado a su propia medida, desató imprevisibles consecuencias. Una de ellas es el resurgimiento de la solidaridad. Que había sido sepultada bajo el consumismo individualista y discriminador.
Una síntesis, si no perfecta, pero si demostrativa del objetivo buscado por aquel sistema de poder, fueron los 4 años de macrismo en la Argentina. Cómo fueron socavando las responsabilidades de un Estado presente para dirimir los conflictos laborales, sociales, sanitarios, educativos, productivos y de protección a los sectores siempre vulnerados. Luego del paso de esta plaga del “mejor equipo de los últimos 50 años” quedó un Estado anémico y sitiado por intereses ajenos al desarrollo nacional y al bienestar popular. El pueblo, a pesar del bombardeo mediático corporativo y sistemático, produjo un cambio de rumbo. La realidad se encargó de demostrar cuan necesario y oportuno fue esa modificación.
Estamos a la espera de cual será la profundidad de esta transformación. Alguna certeza puede llegar a vislumbrarse en la respuesta que Alberto Fernández le dió a Paolo Rocca, cuando dijo en su “significativo discurso” (como lo definió Gabriel Fernández) el presidente expresó “no es tiempo de perder, es tiempo de ganar menos” para que el resto de los grupos empresarios tomen nota.
Por si quedaran dudas resaltó “Hemos hecho todo lo necesario para sobrellevar este momento económico, por eso no me resulta grato ver que alguien despida a un empleado. Voy a ser muy duro con el que rompe el acuerdo de precios, o el que especula tratando de subir los precios en un momento de extrema necesidad, voy a ser duro con ellos y con los que despiden gente. La pandemia nos tiene que enseñar la regla de la solidaridad, aquí nadie se salva solo”.
Creo pertinente para este momento que estamos atravesando recordar una frase “...Nuestra Argentina tiene que tener un papel activo y relevante en todo este proceso y no debe seguir resignadamente lo que elaboren los demás...” (Juan Perón, Prólogo del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional)
Este tiempo histórico abre una oportunidad que nuestros gobernantes tienen que saber aprovechar para sacar a nuestra Patria de la postración a la que nos condenó este sistema económico y político, que ya no puede ocultar su matriz perversa e inhumana.
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