En una entrevista para #Desmalezando, la nutricionista y especialista en diabetes Mariángeles Espiño, jefa del Servicio de Nutrición del Sanatorio de la Trinidad en Quilmes, analizó el impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud y ofreció herramientas para mejorar los hábitos alimenticios.
Espiño explicó que las enfermedades no transmisibles, como la obesidad y la diabetes, están vinculadas al aumento del consumo de productos ultraprocesados, cuyo consumo creció un 53% en la última década. "Estos productos están diseñados para ser más agradables al paladar, lo que lleva a un consumo excesivo. Nos encontramos con alimentos que, al leer sus ingredientes, no se parecen en nada a lo que imaginamos", destacó.
En cuanto a la clasificación de alimentos, señaló que el sistema Nova identifica cuatro grupos según su procesamiento. "No toda intervención industrial es mala; por ejemplo, la pasteurización de la leche es un beneficio. Sin embargo, los ultraprocesados, diseñados para ser adictivos, causan un gran perjuicio a la salud", advirtió.
Espiño también hizo énfasis en la importancia de políticas públicas y la educación alimentaria desde edades tempranas. "Un tercio de lo que consumen niños y adolescentes son productos ultraprocesados, poniendo su salud en riesgo desde pequeños", alertó.
Finalmente, propuso un enfoque equilibrado para mejorar los hábitos: "El 80% de nuestra alimentación debería basarse en alimentos naturales, dejando un 20% para ciertos gustos. Reducir un ultraprocesado por semana puede representar una mejora significativa en nuestra calidad de vida".
La nutricionista remarcó la necesidad de continuar educando y concientizando sobre la importancia de optar por alimentos reales, un paso esencial para prevenir enfermedades y promover el bienestar general.
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