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Macri cada vez más complicado: Aparecieron 9 millones de sus offshore



El juez Casanello y el fiscal Delgado dispondrán de datos frescos para reconstruir un sistema completo de fabricación de empresas a partir de firmas offshore. Los Panamá Papers del Presidente, a quien la Justicia investiga por supuesta infracción al artículo 303 del Código Penal, son cada vez más que papeles. En Brasil ya hay pistas que permiten explorar la ruta de 9 millones de dólares intercambiados entre sus distintas sociedades de todo tipo: argentinas, brasileñas y offshore con sede en Panamá o Bahamas. Y hay otra novedad: por primera vez aparecen en superficie tres empresas más vinculadas a su firma Fleg Trading, la offshore de Macri revelada por los Panamá Papers, pieza clave de las operaciones de Socma (Sociedades Macri, en el mercado brasileño. El diputado nacional Darío Martínez, un neuquino del Frente para la Victoria, se apresta a ampliar sus dos denuncias anteriores al fiscal Federico Delgado. “El fiscal se propuso establecer si la actividad de Fleg y de otras sociedades infringieron algún tipo penal y a mí me parece un camino serio al que quiero contribuir”, dijo Martínez en diálogo con Página/12. “El grupo Macri se instaló en Brasil en 1995 y desarrolló actividades por lo menos hasta 2007”, recordó el diputado. “Diseñaron un entramado de sociedades a partir de una firma creada en Bahamas, Fleg Trading Ltd., que justamente está en el centro de la investigación del fiscal.” Añadió que “para colaborar con la Justicia voy a pedir que se cite a declarar a Francisco Macri, Mauricio Macri y Mariano Macro como directores de Fleg Trading para que digan cuál fue el origen de la suma utilizada para comprarle a Socma Americana su participación en Owners do Brasil”. Otro de los puntos que formarán parte de la política de colaboración con la pesquisa será el pedido de citación a Francisco Macri y Mauricio Macri como directivos de Socma Americana para que informen de dónde salieron los fondos aportados en tres sociedades. El artículo 303 del Código Penal que invoca Delgado en la carátula de la causa donde tiene competencia el juez Sebastián Casanello dice textualmente en su inciso primero: “Será reprimido con prisión de tres a diez años y multa de dos a diez veces del monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare, disimulare o de cualquier otro modo pusiere en circulación en el mercado, bienes provenientes de un ilícito penal, con la consecuencia posible de que el origen de los bienes originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un origen ilícito y siempre que su valor supere la suma de pesos trescientos mil, sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos vinculados entre sí”. Los lectores de este diario conocen la existencia de Fleg por numerosas notas publicadas en los últimos meses. Esas cuatro letras colocaron a Mauricio Macri en medio de las revelaciones de los Panamá Papers, difundidas el 3 de abril de este año por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. Son sociedades offshore formadas en paraísos fiscales para facilitar operaciones internacionales, encubrir titularidades en terceros países o evadir impuestos. La creación es obra del estudio de abogados de Panamá Mossack Fonseca. Fleg, radicada en Bahamas, es una de esas firmas que abarcan un mundo de dirigentes políticos, funcionarios, artistas, empresarios y deportistas. A principios de abril Macri se desentendió de la importancia de las sociedades que sirvieron a su vez para crear otras sociedades. Dijo que figuró como director de Fleg “cuando mi padre quería extender Pago Fácil a Brasil, pero finalmente no pudo”. Varias investigaciones del periodista Tomás Lukin en este diario revelaron que no solo que Pago Fácil realmente funcionó sino que otras empresas se desarrollaron a partir de las offshore Fleg y Kagemusha, entre otras, donde participaron diferentes miembros de la familia Macri como Franco, Mauricio y el hijo menor, Gianfranco. Máscara Lukin publicó el 15 de mayo que Fleg compró el 99,9 por ciento del capital social de una firma con nombre inmodesto: Owners do Brasil Participacoes Ltda. Es decir, Dueños de Brasil Participaciones Limitada. Los directivos de Socma ya figuraban entre los grupos más poderosos de la Argentina. Los economistas Eduardo Basualdo, Manuel Acevedo y Miguel Khavise señalaron tempranamente, en 1984, que de siete empresas en 1973 los Macri llegaron a 47 a finales de la dictadura. Llegaron a ser propietarios de Sevel, de Sideco, de Socma financiera, de Manliba, de Itron y de Iecsa. Reforzarían su poder de manera decisiva durante el gobierno de Carlos Menem, en buena medida gracias a los contratos y a la financiación voluntaria o forzosa del Estado. En 1999 la deuda del grupo ascendía a 900 millones de dólares repartidos entre acreedores privados y estatales. Hacerse dueños también de Brasil era una apuesta fuerte. Por eso, asociarse con los dueños de Brasil, ¿por qué no sería posible para un clan bien asentado en la Argentina como el de Franco y Mauricio Macri? Fleg gastó en Owners 11,2 millones de reales. Al cambio de la época eran 9,3 millones de dólares. Según las averiguaciones de Martínez, “esa compra convirtió a Owners en la máscara de Fleg en Brasil”. Los especialistas sostienen que las empresas offshore se usan no solo para evadir sino para triangular entre firmas del mismo dueño. Piensa el diputado que las sociedades en las que aparezca Owners como accionista “estarán directamente relacionadas con Fleg, y por lo tanto son de interés de la investigación que está llevando a cabo el fiscal Delgado”. Tres más Hay tres de esas sociedades que hasta ahora no estaban bajo la lupa de los investigadores argentinos. En las tres la accionista es Owners. O sea Fleg. O sea Socma. O sea Macri. Los Macri. Inclusive Mauricio, entonces solo empresario y hoy empresario y Presidente de la Nación. Una empresa que tiene a Owners como accionista se llama Itron do Brasil. Otra, Martex do Sul. Otra más, Mega Consultoría Servicios e Participacoes. ¿Cómo se formó el capital accionario de Owners? Sencillo: Fleg colocó en Socma Americana SA 9,3 millones de dólares. ¿Qué pasó con esos 9,3 millones de dólares? El destino exacto es, todavía, una incógnita. Pero ya hay pistas. Porque hay coincidencias. Una coincidencia no es una causa. Si la pesquisa fuerza los hechos estará construyendo una teoría conspirativa. Los hechos suelen destruir esas teorías con la venganza de la realidad, que es, naturalmente, una venganza terrible. Todo se desmorona en un soplo. Pero varias coincidencias juntas permiten, por lo menos, una sospecha legítima. Los buenos fiscales conocen bien esa sensación. A veces todavía no saben qué hay detrás de lo que ven pero notan que algo no les cierra. En ese tablero, cuando aparecen datos y números los investigadores pasan de la curiosidad inicial a la hipótesis. Conviene seguir el hilo con paciencia. El 21 de septiembre de 1998 Fleg ingresó en Owners. En la misma época Socma Americana puso capital en tres empresas. Colocó 3,4 millones de reales de entonces en Itron do Brasil. Puso 1,8 millones de reales en Partech-Unnisa Participacoes. Invirtió 5,3 millones de reales en Partech. Un total de 10,5 millones de reales. Al cambio de la época, 8,4 millones de dólares. Las cifras son muy parecidas a las que figuran más arriba y forman parte de una operación conocida, el gasto en acciones de 11,2 millones de reales (9,3 millones de dólares) con origen en Fleg y destino en Owners. Cuando se difundió la existencia de Fleg, el Presidente dijo que “nunca funcionó”. Tampoco, según Macri, desarrolló actividad alguna ni poseyó cuentas bancarias. ¿Y Owners? Cada vez hay más indicios de que funcionó, desarrolló actividades y, por lógica, fue titular de cuentas bancarias a través de las sociedades creadas. Un conjunto de hechos que el fiscal Delgado llamó con criterio realista “actividad social” de las empresas. Porque los papeles de Panamá no tratan de simples inscripciones en estudios de abogados sino de la fundación de sociedades con capacidad de multiplicarse y maximizar ganancias. Voluntad Sobra información pública en la Junta Comercial del Estado de Sao Paulo. Un rastreo allí demuestra que el tandem Fleg-Owners tuvo movimientos de fondos entre 1998 y 2007. El punto es cómo, más allá de la investigación particular, la Justicia argentina se hace de la documentación. En su presentación del 7 de junio el fiscal Delgado hizo una afirmación infrecuente. Reconoció que chequear esta parte de la investigación es “complicadísimo”. Quien recorra los escritos de Delgado sabrá que el acusador prefiere el estilo llano a la jerga incomprensible de Tribunales pero a la vez es claro cuando envía un mensaje público. Dijo Delgado: “Dependemos de los vetustos exhortos cuya eficacia y velocidad está dada, exclusivamente, por la voluntad de los gobiernos requeridos y por la habilidad diplomática de los Estados requirentes”. Cuando la Justicia de un país investiga y requiere de la ayuda de sus colegas de otro país eleva el pedido a su propia Cancillería. Es ella la que traslada el exhorto a la Cancillería del otro país, que a su vez la transmite a los funcionarios judiciales. Se requiere habilidad, como declaró Delgado, y naturalmente también voluntad. En la Argentina la celeridad depende de la vocación por la transparencia que tenga el Ministerio de Relaciones Exteriores encabezado por la ex jefa de gabinete del secretario general de la ONU y aspirante a secretaria general Susana Malcorra. En Brasil depende de Itamaraty, a cargo del eterno postulante a presidente José Serra. Y luego, también en Brasil, de la Justicia en el área que corresponda. Con un detalle adicional: la habilidad y la voluntad de las cancillerías puede adelantar o atrasar las causas judiciales pero a esta altura no impide el conocimiento de la verdad. La opacidad tiene patas más largas que la mentira, pero no tanto. Abuelitas El diputado Martínez está convencido de que las sociedades, sean offshore o no, estén radicadas en Bahamas, Panamá, Brasil o la Argentina, actúan como las mamushkas, esos juegos rusos de muñecas donde dentro de una abuela siempre había otra, y así hasta llegar hasta la abuelita más pequeña. De paso, lo de “mamushka” es un argentinismo, porque las muñecas en ruso se llaman “matrioshkas”. “Son sociedades creadas para estar dentro de la cáscara de otras sociedades”, dijo. “Fleg oculta a sus dueños en un paraíso fiscal con acciones al portador y Owners oculta a Fleg. Esto nos lleva a suponer (y por ende a buscar) que existen otras sociedades en Brasil que tienen por socia a Fleg-Owners, y que pueden existir muchas combinaciones más de mamushkas.” La mamushka Socma y la mamushka Socma Americana constituyeron la mamushka Owners. La mamushka Fleg compró a la mamushka Socma Americana su participación en Owners. “Cuando hablamos de Owners está claro que es la misma Fleg con nombre brasileño”, señaló Martínez. ¿Para qué sirve Owners? No hace falta tejer suposiciones. En su estatuto social dice que “la sociedad tiene por objeto social principal la participación en el capital de otras sociedades como socia quotista o accionista”. Owners es una mamushka que actúa a su vez como una creadora de mamushkas. El Macri Presidente de hoy diría que el Macri empresario de entonces era un modelo de emprendedorismo. Firmaba contratos con el Estado argentino y buscaba firmar contratos de obra pública o informática también con el Estado brasileño mientras fabricaba cáscaras. Un emprendimiento productivo, porque las cáscaras son una forma del emprendorismo a escala mundial. Facilitan negocios sin la molesta observación de los Estados y la agobiante fiscalización de las agencias recaudadoras de impuestos. Mueven dinero. Por ejemplo Martex do Sul, una de las firmas hasta hoy desconocidas por el público, fue constituida en 1999 con 1.919.000 reales aportados por Socma Americana Sociedad Anónima y 70 reales aportados por el señor Alberto Guillermo Tarantini. En 2004 el capital de Socma en Martex era de solo 4700 reales. ¿El resto se evaporó? ¿Circuló entre sociedades y operaciones mediante el uso de cuentas? ¿Una sociedad transfirió a otra parte de su patrimonio neto? La apuesta de los Macri en Itron do Brasil fue vigorosa. En 1998 ingresó allí con 3.417.000 reales. El señor Tarantini, siempre módico, aportó uno. Cuatro años después el capital social se había reducido a 1.932.000 reales. ¿Qué pasó en el medio? ¿Otra transferencia de patrimonio neto de una mamushka a otra? Si las cancillerías fueran tan habilidosas como los emprendedores Macri y la Justicia brasileña cooperase con algo más que respuestas escuetas, todo sería fácil. Gente práctica, los directivos de Socma Americana, Fleg, Owners y demás mamushkas ni siquiera se exponían a las grandes distancias en la mismísima ciudad de San Pablo. Martex e Itron do Brasil fueron constituidas con la misma dirección. Era la rua Pedroso Alvarenga 1264, 6 andar, Itaim Bibi, Sao Paulo. Itaim Bibi es un hermoso barrio, estilo Belgrano, muy cerca del Museo de Arte Moderno. Se puede ser offshore y chic al mismo tiempo.

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